Estaba un sacerdote comiendo carne en el confesionario y llega un muchacho diciéndole; !Padre he pecado! Y el padre le contesta: No hijo, es carne.

Del cielo callo una rosa, mi padre la recogió,
Se la puso en la cabeza y le gritaron maricón.

La luna es muy alta, más alta que un cometa,
Abre las piernas coqueta si quieres que te la meta.

Todos gozaban de salud... hasta que Salud quedó embarazada.

¡María, María!; ¡te voy a poner el coño como un frigorífico!
¿Igual de fresquito?
No, lleno de huevos, lleno de carne y lleno de leche.