Había una vez un gallego leyendo el diario, en la primera plana salía la noticia de último minuto: ¡Alud mata a cien personas!., el gallego menea la cabeza y dice: ¡estos árabes!.

Era una vez un gallego que no conseguía trabajo. y un día sale a buscar trabajo y pasa por la casa de un millonario y ve que necesita recortar el pasto. El gallego va hablar con el millonario y éste le dice "pasa mañana porque ahora tengo que amarrar al perro y bajar la antena parabólica" a lo que el gallego le contesta afirmativamente. Al llegar este a su casa le cuenta a su esposa que por fin había encontrado trabajo. Al otro día se levanta temprano para ir a su trabajo nuevo. Llega a la casa y el millonario le dice que empiece por la parte de atrás. Pero el millonario en vez de poner la parabólica boca abajo la puso mirando hacia arriba. Y cuando el gallego ve la parabólica sale corriendo. Y cuando llega a su casa despavorido su esposa le pregunta ¿qué te paso se soltó el perro? A lo que éste le contesta: ¡no vi al perro, pero vi el plato donde come y era bien grande!.

Cierta mañana, la esposa de un gallego le explicaba a su esposo lo preocupada que estaba dado a unos dolores intensos que ella sufría en todo el cuerpo. Como es normal con todos los maridos, inmediatamente sugirió que ella fuera a donde un doctor. Al llegar la señora a la clínica el doctor empezó a interrogarla. Después de tomar sus datos personales, éste le pregunta cuáles eran sus síntomas. La señora le explicó que por alguna razón ella sentía unos dolores muy agudos en todas las partes de su cuerpo.
Apuntando con su dedo índice se toca un brazo y le dice: cuando me toco aquí! ay, como duele!, con el mismo dedo se toca una pierna y expresa ¡ ay, como duele!; así mismo se toca la cabeza, los pies, etc. finalmente el doctor se da cuenta que ella es gallego, y le dice "señora, no tiene que explicarme más, lo que sucede con usted es que tiene fracturado el dedo índice"

Los gallegos colaboraron con la guerra de Vietnam.
Mandaron un submarino con 400 paracaidistas.